Control preventivo antes de viajar

Según el autor C.D.B (SD) Luis de Bernardi Muñoz, “las repercusiones de los cambios de presión en el cuerpo humano ha sido un tema muy estudiado, debido a su importancia en el campo de la investigación aeroespacial. Las primeras observaciones se remontan a 1923, coincidiendo con los albores de la aviación, pero es la Segunda Guerra Mundial con la aparición de los vuelos subsónicos, cuando cobra mayor auge su investigación.

Pilotos españoles de la llamada Escuadrilla Azul desplegados en el frente Ruso, fueron quienes primero reportaron un fenómeno clínico que afectaba las piezas dentarias, caracterizado por un dolor que podía tener una duración de pocos segundos hasta aquellos que decrecían paulatinamente hasta llegar a desaparecer luego de un tiempo de estar en tierra. Es entonces cuando se acuñan los términos de aerodontalgia y barodontalgia para aquellos dolores agudos y localizados en dientes sanos, obturados, con patologías pulpares o apicales previas, que aparecían durante los vuelos.

Han sido muchas las hipótesis barajadas como posibles causas del dolor dental bajo cambio de presión, como por Ejemplo: Caries, obturaciones defectuosas, tratamientos radiculares incompletos (endodoncias incompletas o mal efectuadas), lesiones periapicales preexistentes, formación de burbujas de gas a nivel pulpar, hipoxia, aeroembolismos y muchas otras, aunque ninguna ha llegado a ser fehacientemente confirmada.

Hay que tener en cuenta que según Armstrong, durante un vuelo a gran altitud, los dientes se encuentran sometidos a tres situaciones anormales, las cuales son: disminución de la presión atmosférica, bajo porcentaje de oxigeno ambiente y un descenso de la temperatura atmosférica; todas éstas, situaciones que pueden llevar a la generación de alteraciones físicas o químicas en la pulpa y tejidos periodontales, llegando a manifestarse como dolor.

A lo anterior, se podrían agregar en algunas ocasiones como causales de dolor dental, las variaciones de velocidad y fuerzas G, las cuales generarían cambios musculares y de irrigación sanguínea, lo cual puede genera variaciones en los procesos nutricionales y reparativos de las estructuras orofaciales, cobrando esto importancia frente a la posibilidad de diseminación de cuadros infecciosos preexistentes en el área.

Definiciones
Entendemos por “barodontalgia” a un tipo de disbarismo el cual, producto de las variaciones de presión barométrica de gases atrapados bajo obturaciones dentales, cavidad o cámara pulpar y/o conducto radicular de éste, podrían manifestarse como dolor dental.”

De Bernardi agrega en su estudio, “…las causas precisas de las barodontalgias no se conocen con exactitud. Se acepta eso sí, que en general son las variaciones volumétricas de los gases las que jugarían un rol importante en la generación del dolor, habiéndose demostrado que la expansión violenta de gas, como en una descompresión rápida o explosiva, puede incluso llegar a fracturar una pieza dental. Por otra parte, se sabe que los dolores referidos a las piezas dentarias pueden ocurrir tanto en los ascensos como en los descensos, lo que apoyaría la existencia de otras causales fuera de las variaciones volumétricas.

En una encuesta realizada en diferentes bases aéreas, se demostró que la mayoría de los dolores provocados durante el vuelo eran debidos a obturaciones filtradas o defectuosas y tratamientos radiculares incompletos. En los dolores aparecidos en dientes sanos no se encontraron causas aparentes.

En síntesis, existen muchas publicaciones que tratan de explicar el fenómeno de las barodontalgias, algunas concordantes y otras no. No obstante, el resumen de las diferentes publicaciones revela que el 70% de las aerodontalgias son debidas a lesiones pulpares consecutivas a caries o a irritación pulpar producida por obturaciones profundas. Asimismo, se puede afirmar que en general las barodontalgias ocurren en un 81% durante los ascensos y en un 3,4% durante los descensos.

Las causas de dolor que se barajan entonces son: caries, obturaciones defectuosas, tratamientos endodónticos incompletos, abscesos periodontales, extracciones recientes y congestión de senos maxilares (sinusitis). Por otra parte, se debe considerar que no solo el dolor debe ser una preocupación, sino también, el riesgo que tiene un paciente con patología crónica, especialmente infecciosa, que al ser sometido a los cambios fisiológicos del vuelo, puede sufrir diseminación de cuadros infecciosos con las complicaciones subsecuentes.

El tratamiento de las barodontalgias es el habitual en odontología. Lo más importante es prevenirlas no dejando espacios sin obturar en caries y tratamientos radiculares. Asimismo, es imprescindible una buena higiene bucodental y la inexistencia de procesos periodontales activos.

En conclusión el examen odontológico preventivo periódico es una herramienta destinada a evitar que durante el vuelo puedan manifestarse cuadros odontológicos dolorosos que puedan significar amenaza a la Seguridad de vuelo y a la Seguridad médica del paciente…”

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